miércoles, 15 de agosto de 2007

Mateus Aburridus


¿Qué es lo que convierte algo desagradable en algo... aburrido? ¿Qué se necesita para cambiar un berrinche por un... bostezo? Pues, por lo visto, un simple cambio de hora y ubicación. Así, el baño de Mateo pasó de ser para él una experiencia terrorífica (en la bañera, a las ocho de la tarde. Ver entrada del 6 de agosto) a, por lo visto, un coñazo en toda regla con nuevo horario de mediodía y cómodo lavabo: mirad, si no, esta pose pichi cual romano en la terma hastiado de tanto placer templadito...

En fin, seguiremos luchando para que su relación con el agua sea, algún día, algo DIVERTIDO.

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