![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjapIIcbAfCYPsvZx_BG1m5pyOjZfHiAiMqbqXKmjX_OWmZ6cZm0F3V2aIo_ZCIQdttIdbKwlTn8CYijKoK311-lNzTL0kYqnJjw9lrGAdASoW3IX3pU1-Mts4L9TtYFZEmUnXkx2rmUps/s400/ConPelota+copy.jpg)
Lara y Miguel llegaron a casa con ganas de oxígeno (malditos cuatro pisos de escalera...) y un regalito (formativo) para Mateo: esta pelota de colores y ruidicos y huequitos para meter dedos y más babas... Exactamente el mismo regalo que nosotros habíamos traído para Miguelito, que hace nada cumplía un año. No fue la única casualidad de la noche: ahí queda el pijama a rayas que Lara y yo gastamos desde hace tres siglos, más o menos, y otras cosicas que nos hicieron reír mientras Mateo dormía como un cesto. La verdad es que, sí, fue una noche de risas, muchas risas: desde la preparación de las pizzas caseras (y la trepanación de tres dedos de Jiko, que sumó tomate a la base, ups, y que terminó la noche como un anuncio de tiritas, pobre...) hasta los diálogos sobre gemelas, broncas por encargar -a 100 pesetas- pitufos a la persona menos indicada (¡muerte al pitufo de la cervezaaaaaaa!!!!), granjas frustradas, año (perdón, mes) sabático, parecidos razonables ("ya te lo decía yo desde pequeña..., lo de Uma"), recuerdos de cole, encuentros con maestras a la caza del huequillo entre dientes (puajquéasco), lenguajes modernos ("yo ya se hacer eso de mandar un paquete..." = archivo adjunto) y la promesa de una visita a Palma que ahora nos apetece, incluso, mucho más.
Miguel, fue un placer conocerte (y te reconocemos el mérito: aguantaste estoicamente y con humor y ganas ese cansancio de curso sin cobertura...).
Esta recuperación, Lara, está superando, con mucho, las expectativas. Da gusto.
2 comentarios:
Qué bien le queda la pelota a Mateo¡¡ La verdad es que fue una noche estupenda y ya tengo planes para el instante en que aterricéis¡
Por cierto hoy mismo me ha dejado mi cuñado la primera temporada de Deadwood. Ya ves, haciendo los deberes.
Madremiaquéenvidia!!! Digo, porque vais a vivir ese gran momento de sentaros y conocer a Al Swearengen, un tipejo odioso y cabrón al que acabaréis adorando. Ya me contarás.
Sí, sí, ese aterrizaje no se cuando será, pero ya queda menos...
Publicar un comentario