jueves, 4 de octubre de 2007
Gimnasia postparto (y otras incongruencias)
Os preguntaréis cómo puedo elegir la foto de un donut relleno para ilustrar mi entrada sobre la gimnasia postparto. Pues, querida familia y amigos, porque así es mi vida: pura contradicción. Soy la incongruencia en persona. Me podéis llamar Congru. Responderé. La cuestión es que mientras me dejo la piel en los ochocientos abdominales que me marco en cada clase (pata pa'rriba, pata pa'bajo, barbilla en vilo, tripa en formato toblerón) mi maridito me prepara estas delicatessen para llenar justamente los huecos que he logrado hacerme en el perímetro citado, uséase, el abdominal. Yo endurezco, él reblandece. Y así vamos.
Pero... ¿cómo resistirme a este pedazo de donut casero? ¿Cómo resistirme a sus tres variedades: con agujerico, relleno de chocolate, relleno de mermelada de fresa? ¿Como resistirme a esa masa esponjosa, a esa cubierta azucarada y casi crujiente? ¿Cómo decir que no? Pues diciéndolo, coño. Diciéndolo. Pero entonces... ¿adónde iría a parar mi incongruencia?
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