Por las tardes me tumbo en el cuadrilátero con Jikito, a rebozarnos y babearnos como besos grandes. Esta tarde ha sido largo. Jiko estaba con el ordenador, radiografiando tipografías. De vez en cuando le llamábamos. De cuando en vez nos miraba y reía y gritaba alguna bromina(power) y yo le mandaba chiribitas por el aire. Y Mateo y yo, enmarcados en 1,20 x 1,20, cantábamos mordiscos y risas y de pronto serio para la foto y yo me deshago. Así me paso las mañanas. Pensando en las tardes.
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