jueves, 22 de noviembre de 2007

Con todos los pelos de la barba


A veces Javier dice que no se cree que tengamos a Jikito. Le mira de pronto, en un instante surgido de la más pura rutina, y congela ese trozo de tiempo con expresión analítica, como quien mira un cuadro de esos de puntitos en los que los hábiles ven el skyline de Nueva York y los torpes no vemos ná de ná. Enseguida vuelve a enfocar y se ríe y me mira buscando confirmación. Y, claro, digo sí con la cabeza, y me río yo también, y entonces coge a Jikito y le estruja y le besa con todos los pelos de la barba hasta que le hace gritar, Mateo diciendo yo no tengo la culpa de que no os lo creáis, qué pesaos la virgen.


Pero otras veces se lo cree más que nada.

Más que nada porque se reconoce en sus manos tamaño xs y en la idea que se le planta de pronto de lo que se le viene encima y por los lados, de él dentro de mañana y pasao y al otro, creyéndose a Mateo y a él mismo al lado de Mateo. Y al mío.


Prometo menos azúcar para la próxima entrada, si eso.
Hoy, sobredosis.

1 comentario:

Cristina dijo...

Me encanta leeros cada mañana, aunque me tenga que coger luego la "insulina".
Fuera de bromas, disfruto el verte y veros tan felices.
Os quiero