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Mateo no espera, no sabe lo que es esperar, ni que le esperemos. Para Mateo el tiempo flota y es todo templado y ruidos raros, a veces hay paréntesis rítmicos (ataques de hipo), otras, voces de fuera (su padre, entonando "ven yaaaa"), otras, la mía propia. Le hablo con ganas de que le entren ganas de oírme mirándome. Para Mateo la espera no es más que seguir como hasta ahora. Flotando. Para Jiko y para mí comienza a ser un extraño momento congelado en el tiempo (nunca un mes fue taaaan largo) en el que sólo cabe buscar la forma de no obsesionarnos con cuándo vendrá.
Ya está todo listo: la cuna, el cochecito, la bañera, el agua, las ganas de verlo y olerlo y ponérnoslo en el pecho a vivir. Pero nada. Hoy empiezo la semana 39 de embarazo o ya no lo sé, porque esto es un lío de fechas. El ginecólogo, tras examen casi veterinario, avanza cercanía, pero no concreta: "dentro de poco, en diez días, más o menos"... La porra de todo el mundo ha variado desde el pasado 14 de julio hasta el lejanísimo (Beni, te matooooo) ¡4 de agosto! Jiko dice que será mañana, ups. Yo confío en mi apuesta: el próximo viernes, 27 de julio. El 27 del 7 del 2007. Me gusta escribir Ma7eo. Todo lleno de suerte.
Y todo lleno de síntomas. Tengo un libro que me avanza las claves del parto falso y del parto verdadero. Me leo las del verdadero. Identifico algunas cosas: contracciones con dolor (pero no regulares), dolor en la parte baja de la espalda... Pero da igual. Al final de la lista dice: "llegado el momento, la parturienta puede mostrar estos síntomas, sólo algunos o incluso ninguno". ¿¿¿¿Eign???? ¿Entonces? Entonces sigo leyendo y veo algo que se parece a lo que he sentido hace unos minutos. ¡Por fin! Pero a continuación aclara (es un decir): "Esto indica que el parto se producirá en las próximas 24 horas o en las próximas semanas". ¿¿¿¿Eign????
Y así andamos, yo, como Fraga (literal); Jiko, agarrándome la tripa con todos los dedos y gritando el nombre de su hijo sobre todas las cosas; y los dos pensando ¿será hoy? ¿será esta noche?... ¿será ahora?
PD: En plan notario, que conste la PORRA (nombre-fecha julio-color de pelo)
Bea//14//moreno
Luis (hijo)//15-17//castaño
Javi B.//16-18//moreno
Miguel Ángel//18-20//rubio
Diego//21//castaño
Cris/Carlos//21-23//rubio
Jiko//23//rubio
Bibi//23//castaño
Andrea//24//rubio
Cris Ortega//24
Capa//26//rubio
Luis (padre)//26-28
Jika//27//castaño
Pedro//29//moreno
Rosa//31-2 ago//moreno
Silvia//1 ago//moreno
Beni//4-5 ago
Cada día me desayuno órdenes del médico untadas con margarina hueca. Confieso que es la única vez del día que sigo la dieta de prudencia preparto. Pero ayer, en una reunión inesperada, Teté dijo: "Mañana porras". Puso hora (las diez) y trinchera (su casa) y algunas nociones de historia: el lugar de fabricación no tiene más nombre que "cafetería-churrería" (pa qué más), se esconde en un cuchitril de toldo verde, barra esquelética y cuba aceitosa ("pero sin una gota de harinaza"), en algún número de la calle Francisco Silvela y en algún altar humeante al que, a partir de hoy, iré de vez en cuando a orar, con un café con leche en el hueco del cirio.
Pues eso, que esta mañana, en una de esas reuniones que me gustan sin más plan que una frase y las ganas de estar juntos, Teté, Pedro, Silvia, Andrea y los Jikos nos hemos desayunado y mojado este festín de la foto (gracias, gracias, gracias, dice Mateo a su tío-abuelo) en un acto de valentía y preparto que hemos amenizado con risas chanantes y recuerdos de olores que nos gustan: el cordero asándose, las patatas guisadas, las chuletitas a la brasa... En fin, que estamos enfermos... y sin ganas de curarnos.
El récord de porras no lo hemos batido. Lo tiene Teté. Quince. Dice.
Hasta Cornwall nos fuimos con el Smart, por encima del mar. Con el maletero lleno de espacio y huecos contra todo pronóstico. Cuánto nos cupo entonces y qué kepeño se vuelve ahora con la llegada de Mateo. Nunca tres kilos demandaron taaaaanto espacio. El Smart se queda con nosotros, pero con Mateo llegan, por orden:
1.- El JikoTouran, con DSG, DVD, GPS y YOKeSé. En azul galáctico, para que el pequeño Jiko piense que vamos en una nave espacial, y con música aifon, para que cante sílabas antes de hablarlas.
2.- El JikoBugaboo, modelo Cameleon, pero ni de un color ni de otro, sino arena. Sobre el chasis atómico (¿cómo eran los cochecitos antes?) está, por ahora, el cuco o capazo, espacio reducido para ser humano reducido, durante sus 3 primeros meses, demanda la espalda recta. Nunca vi tantos enganches, palancas, botones, corchetes, rueditas, filamentos y charcutería para un vehículo de parque y acera.
3.- Y la JikoMaxiCosi, huevera para nuestro huevito, homologada para el Touran galáctico y de color gominola, para que Mateo salive y pida leche y crezca mucho y un sábado por la noche, antes de que nos demos cuenta, nos pida las llaves del Smart o el Touran, si siguen vivos, para salir y dejar de ser uno, y nos deje solos con las manos enroscadas, de nuevo.
Esta es nuestra Isla Perejil, una pseudo-conquista al verano (¿quién es el valiente que planta en verano?) y al ex-chalet de María Teresa y de la difunta Fernández de la Vega, restinpis. Va bien, el perejil, creciendo al ritmo en que todo crece o se mueve o se desplaza u ocurre en este mes lánguido de julio, el mes chicle, lleno de tripa y ganas y ritmo lento lentísimo. ¿Estará aquí Mateo para cuando podamos echar las hojuelas perejileras a un guisillo improvisado?
PD: Mañana vamos a Los Peñotes a rellenar el resto de jardineras y hacer así de nuestro balconcillo a la calle Limón un jardín-huerto donde crecer mirando. O al revés.
Jamie Oliver, que nos trae locuelos. El otro día se marcó unas hamburguesas caseras para un colega suyo vestido de Elvis Presley y los que terminamos aullando y moviendo la caderita-morenita (no, no hablo de Chichi Peralta, no soy fan como, ay, Jiko) fuimos nosotros. El tío (Jamie, no Chichi) picó carne de morcillo y le añadió una cebolla pochada, parmesano rallado, sal, pimienta, comino, cilantro, una cucharada de mostaza de Dijon, un huevo y pan rallado, y dejó la mezcla una horica en la nevera (pronúnciece la lizta de ingredientez con mandíbula inferior zobrezaliente y deje zopaz, azí ez Oliver y zu lengua de zolomillo empanao).
Bueno, el caso es que hoy Jiko ha hecho la prueba (sólo un cambio: se nos habían acabado las semillas de cilantro y las ha sustituido por semillas de mostaza, para mí, un acierto) y... se ha salido. La prueba, en esta foto de arriba. La carne ha quedado como si fuera paté (patefuá, que diría Libertad, la amiga de Mafalda, y Jiko, en sus relatos blogeros), con un punto brutal de la mostaza y la textura suave del queso y el dulce de la cebolla y el crujido de las especias y... buff, una pasada. Él la ha llamado Hamburguesa Hamilton, pero, teniendo en cuenta que el pilotito genio ha quedado hoy tercero en su casa-Silverstone, yo le habría llamado Hamburguesa Raikkonen, por lo del primer puesto, aunque no sé yo si el punto finlandés pega con la propuesta cárnica especiada.
Y para rematar, me improvisa esto:
Una merienda incrustada en un antojo tonto de última recta de embarazo, algo que normalmente ni miraría (me va más la sal) pero que hoy era lo más delicioso-increíble-sabrosón que me podían poner delante: este brazo de gitanazo de chocolate con nata con chocolate con más chocolate. Sólo me salían emes pringosas de la boca. Aunque igual era Mateo, que flipa con el pulso pastelero de su padre y muy señor mío.
PD: Que conste que esta "dieta" no la llevamos a rajatabla.
Evidentemente, éste del retrato señorial es JikoBurro, y no el otro Mateo. El otro Mateo es la mitad de la actual tripa de Pepa, madre también de la otra mitad, que se llamará Olivia y que jugará con su hermano gemelo Mateo y con su amigo Mateo, que es mi tripa. Los tres están a puntito de llegar. Mateo, Mateo y Olivia. Y JikoBurro es el regalo que mi querida Pepa y su chico Juanjo nos han hecho para Mateo (el nuestro).
Nota: JikoBurro fue también llamado JikoBurroAbeja en un arranque de dudosa inspiración del aún desconcertado Omar ("¿Por qué todos mis amigos se embarazan a la vez?") en esas cañas estupendas en las Comendadoras.
Miren qué gesto, qué media sonrisa. ¿No es tremendo este JikoBurro, en pose Habano y copazo, a verlas venir con esos piececicos al bies?
Está siendo bonito verte estos días, Pepi, las dos con la panza, pero especialmente leerte. Tu último mail me enredó aún más el nudo en la garganta, cuando te agarrabas a la presencia brutal de nuestros hijos sin poder soltarte, al mismo tiempo, de las ausencias. Siempre hay ojos que nos gustarían que estuvieran aquí en estos momentos, y seguramente lo están. Pero cómo duele no verlos...
Y cómo emociona y alegra y sonríe lo que nos viene, amiga. Mateo y Mateo y Olivia y Juanjo y Javier y y tú y yo y cien tardes al solete riéndonos sin perder ojo del columpio.
Gracias por JikoBurro. Seguro que Mateo se lo deja a Mateo. Y seguro que hay ojos mirando.
Es una forma un poco absurda de conocerse. Con el agua al cuello (literal), caminando en fila y círculos, de puntillas y de talones y con las plantas para dentro y luego para fuera y ahora abdominales y estiramientos y para terminar el caballito, todo dentro de una piscinica de agua templá y con nuestras barrigas crecientes.
Fue hace como unos cinco meses, en un arrebato de actividad para compensar mi baja por embarazo. Gimnasia preparto en un agua preverano. Cada martes y jueves comenzamos a coincidir en ese caldo a 34 grados sin cloro, y pronto cambiamos la intensidad de los ejercicios por la intensidad de las charlas, casi terapia, a esas alturas. Las tres, Lucía, Mari Carmen y yo, compartimos de pronto un lugar común. Nos reíamos, nos preguntábamos, nos aconsejábamos, compartíamos información, ganas y cangue, nos animábamos cuando las jodidas hormonas nos cambiaban el gesto, estuvimos pendientes, nos hicimos amigas.
El 27 de abril Lucía dio a luz a Laura. El 27 de junio Mari Carmen tuvo a sus gemelas, Laura y Paola. A Mateo, aún dentro de mí, le susurro que el 27 de julio es una buena fecha para venir al mundo. Sería de coña. Pero me da, por cómo se mueve, que va a hacer lo que le de la gana (y eso me gusta). Da lo mismo: tras esta etapa de combatir este echarnos de menos con el mail y el teléfono, el trío piscinero y su prole tienen planes llenos de M&M's, fotos de encargo en playas mayas, anécdotas de Ayamonte en franco-italiano-alemán, visitas a Zaragoza y tardes de parque en las que recordaremos los menús de Sanchinarro y cómo éramos capaces de meternos, entre bocado y bocado, una deliciosa explicación de cómo hacer frente a una episiotomía. Pobres los de la mesa de al lado, nenas.
PD: Y en noviembre, mariscada uloquesea a cuenta de Zapatero y su "sobre" a Mateo. Keospensábais.
Él pone la base, yo el relleno. Y juntico todo, al horno, con mucho queso a punto de romperse en burbujas. Así es la Pizza Jikos, más mérito de Jiko que de Jika, porque yo sólo cuido y corto y sofrío y sonrío a la berenjena y la cebollica y el calabacín y el tomate y el pollo o la carne y alguna especia y mucha atención mientras se mezclan ("¡Jikaaaaaa, enciende el extractoooooooor!!!"), pero él es quien hace la masa con sus propias manos, y venga y venga y venga, sobre la encimera blanca llena de harina blanca, diciendo: "Jika, a ver qué tal sale". Y siempre sale bien, unas veces pan-pizza, otras masa-fina, depende de cómo la coloque, siempre dicamuena, y luego coloca los ingredientes y les torea en círculo y los deja niquelaos para los 220 grados.
A mí me gusta olerla cruda, la masa. Y tocarla templada. Todo el mundo debería poder tocar alguna vez masa de pizza cruda y templada. Y oler nuestra casa mientras se hace al horno.
Hace poco fueron mis papis quienes la probaron (a mi padre, que no le gusta la pizza ná de ná se pimpló casi la mitad de una...: "Al final de la comida recordadme que os diga una cosa...". Mi madre, convertida en niña en menú fin de semana, sólo balbuceaba: "Mmmhhh-mmmhhh"). Luego fue Javi Blanco, con Rodrigo bailándole el agua y los nervios. Y el fin de semana pasado, con Alonso a por uvas en Magnycurs, se la comieron sin decir esta boca es mía mi suegra Beni, recién llegadita de Gijón para su super mes y medio de vacaciones (la ampliación del "medio" es por la llegada de Mateo...), y mi cuñaaaaaao Luis, que vino zen y se fue llenito-llenito de pizza, tiramisú y sueño. Aquí abajo, en una demostración de cómo dormir soñando que tienes los ojos cerrados.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrL1VWSHprYUIfXLR0gg8lrbfc64awLz4apu04ghfBLhFBJ6JpoIbnkEMjtWZAEGHMzfNd3T2nL0pVIzPRS1teF4to7VA7lZfQ6JaqyK-hOexsQdG5IPYOpsa_Dbdz1v2Gerk2sHHb9Oo/s320/LuisIntelectual.JPG)
PD: ¿No parece la foto de contraportada de un intelectual escritor de novela en su vigesimoquinta edición a punto de romper a ganar un premio?