domingo, 25 de enero de 2009

El ladrón de bicicletas


Hay que ver. Con lo que me molan las fotos que planto en este blog, sea cual sea la calidad y el retoque, a veces, como ésta, daría lo que fuera porque fueran audio. Los alaridos de entusiasmo, de felicidad absoluta, de disfrute visceral y emoción primera, darían una idea más ajustada de lo que fue para Mateo subirse por primera vez en una bici. Ir por la calle a una altura de gigante, inventarse un equilibrio con el casco y la frente, mirar a la gente con orgullo de ganador de tour.

[El audio empeoraría, no obstante, de incluir el drama acústico que fue bajarle del sillín].




Me como esas manos, rellenas de ganas de no pisar el suelo.

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