lunes, 8 de diciembre de 2008

Y Dan partió su pan (y lo dio a sus discípulos)


Jiko no tiene religión pero, si la tuviera, su Dios sería Dan Lepard. Dan Lepard es un panadero australiano residente en Londres, poseedor de unas manos delicadas y manicurosas con las que empezó haciendo fotos bien pagadas y terminó amasando harina y agua de una forma, digamos... perfecta. Ha publicado muchos libros, entre ellos The Handmade Loaf, algo así como la biblia de los que empiezan a hacer pan y se vuelven locos de pasión, como Jiko.

Yo, que he asistido alucinada al proceso de conversión, estoy a un pasito de hacerme discípula, aunque sólo sea por la pasión de quien disfruta comiendo lo que otros amasan. Me maravilla ver cada paso, lo vivo de reojo y al mismo tiempo con una rutina que me alimenta, Jiko trabajando la masa... los tiempos y las esperas, la masa madre y sus burbujas, la densidad y sus demandas, la respuesta al frio y al calor, el olor de la masa, a veces metería la cara dentro, el aroma de mi casa cuando el pan se está horneando, el crujir al salir, la ilusión al abrirlo, al probarlo... El pan podría ser, perfectamente, mi religión. Incluso antes de conocer a Dan.

Por una serie de circunstancias que no voy a contar aquí porque harían esta entrada demasiado larga, Dan Lepard estuvo en Madrid este finde con su amigo David. Y Jiko, Mateo y yo, junto con Carmen, otra discípula de Dan, les sacamos de... panes (y peces). Llovió a cántaros y no nos dimos ni cuenta, aun cuando en los desplazamientos de un sitio a otro nos mojábamos como bobos. Qué divertido. Qué majos.

Elijo la foto de la tosta de gambas de El Cervantes porque tengo especial cariño a esta vianda: se me incrusta hasta el tuétano el sabor del alioli suave y aromático, y me trae muchos recuerdos. Pero no fue lo único: Dan y David degustaron (y digo bien: como buenos panaderos y cocineros y tragones desmenuzaban la comida con las manos y los ojos, preguntándose cada sabor) muchas más, una por cada proposición nuestra. Así, entre conversaciones sobre pan y más, risas, vinosblancos, cervezas, mostos y cervezas cerocero (para Luc), compartimos churros y porras en San Ginés; consomé y croquetas en L'Hardy; los escaparates (que también alimentan) de las pastelerías El Pozo y Casa Mira; unas bravas y una ración de oreja a la plancha en Las Bravas (pena de sinpa); pimientos del padrón y barquitas de paté de hígado de bacalao de La Trucha... Se han marchado relamiéndose y creo que contentos.

Nosotros nos relamemos con posibilidades de futuro...

No hay comentarios: