![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCXI2T_d7K2sj43FULgVZEujFRaBfOxfcw1iHAV7OEQSvmool56wVZ2fAIKp8m3qVKT8jA5oCz6z3wUrzXpdY9fLgjm4ywxzmG2X6FpCy3h4WKtDWDY_KdVVJXgbn3cePo6dBPUit7IhQ/s400/Los3.jpg)
Primer movimiento de Mateo: tirarle el chupete al burro. Primer movimiento del burro: lamer lo que le acababan de tirar. Primer movimiento nuestro: llamar a un señor don empleado, mostrarle nuestros respetos y pedirle amablemente que se metiera en el corralito del asno para recuperar el chupete. Así debutamos en Faunia.
Luego vino la desidia. Nosotros, que pensábamos que Mateo iba a gritar de alegría con cada animal, nos encontramos con un desinterés indisimulado, profundo, desmarañado y algo griposo. Igual era por eso. Éste de abajo, el túnel de los peces grandes, fue lo que le entusiasmó. Y un poco los pingüinos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh05jsBzq84F8HxrkbpbrwWhvAZUOg7kEPWqF-uEF4zfO6F8RagRehV_Z74HLrazkezF5zhXRNhH61WDAYzU73ACAoAAru99kjqq_yqXo-8CEDrpoJvUc7u6PrETpIBCB4NSoRqXCq5Gu4/s400/Mat-Acuario.jpg)
El único consuelo ante el mencionado desinterés fue el de los tontos, es decir, el mal de muchos: los amigos de Mateo: Diego, Alejandra y Gonzalo, con cuyas madres (y padre) habíamos quedado desde nuestro jueves común piscinero, demostraron la misma ilusión que Mateo. Cero. Todos roncaban cuando encontramos la salida.
1 comentario:
halaaaaa, qué chula la foto del pez listado
Publicar un comentario