domingo, 30 de noviembre de 2008
El Retiro
La tarde era taaan fría pero taaaan bonita que, de camino de vuelta a casa, hicimos parada en el Retiro. Mateo iba forrao, pensamos que se dormiría en el cochecito, jaja: tardó cero coma en pedirnos suelo. Y dio gusto verle, claro: persiguiendo hojas, descubriendo el rastro de un avión de pronto, en el cielo, buscando el agua, señalando patos, tocando cortezas de árboles, siguiéndonos con el rabillo del ojo, por si aca nos despistábamos.
Nos fuimos casi al mismo tiempo que el sol. Mateo seguía huyendo de su propia sombra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario