Ahora el baño no es bañera de Ikea, sino ducha con suelo de pizarra y surtidor caliente y tiburones de plástico amenazante y pelota de Wall*E. Es estar ahí un buen rato, lo suficiente para que el baño se convierta en Scotland Yard, y yo entre al grito de Jikaaaaaa, a levantar a Mateo envuelto en la toalla mientras Jiko se seca y lo toma de nuevo en brazos para la fase secado+crema+pijama. Yo, mientras, suelo hacer la cena. Pero a veces me escapo del menú y me quedo en el marco de la puerta mirando cómo salpican la pizarra negra y se reparten el agua en la cara, entre abrazos de tiburón.
sábado, 29 de noviembre de 2008
El baño
Ahora el baño no es bañera de Ikea, sino ducha con suelo de pizarra y surtidor caliente y tiburones de plástico amenazante y pelota de Wall*E. Es estar ahí un buen rato, lo suficiente para que el baño se convierta en Scotland Yard, y yo entre al grito de Jikaaaaaa, a levantar a Mateo envuelto en la toalla mientras Jiko se seca y lo toma de nuevo en brazos para la fase secado+crema+pijama. Yo, mientras, suelo hacer la cena. Pero a veces me escapo del menú y me quedo en el marco de la puerta mirando cómo salpican la pizarra negra y se reparten el agua en la cara, entre abrazos de tiburón.
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