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Hoy le he dicho a mi amigo Javi esta frase del título a propósito de un bonito relato que ha escrito sobre sus diálogos sin palabras, sus caricias, con su hija Ana. La leí una vez, la frase, y la recordé ayer mismo, cuando hice estas fotos silenciosas y en penumbra, en uno de esos momentos en los que sabes que eres feliz porque no quieres estar en ninguna otra parte.
1 comentario:
Y qué razón tienes!
Otro beso (además del que te he puesto arriba).
Javier
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