domingo, 6 de abril de 2008

¿Querrá-papá-pan?


La frase del título es copyright de mi prima Arancha (la tanda de preguntas seguía con un "¿o querrá papá pollo?" -hay que pronunciarlo rápido, como un trabalenguas de tigres tristes...-). Y viene a cuento por el careto de Mateo al darse cuenta de que su padre, al fondo, había comenzado a amasar su hogaza (casi) diaria.

Me explico. Cuando Jiko se pone a hacer pan, Mateo y yo nos miramos con temor, como cuando hueles a agua y sabes que viene tormenta... aunque luego agradezcas el asfalto fresquito. Y es que, durante el amasado, levado y horneado (fases tan trascendentales como las de una fórmula nuclear), siempre se impone el lado pesimista y cenizo de Jiko, y no para de exclamar cosas como "cagoenlamadrequeparióastaputamasadeloshuevosquesepega!!!". Normalmente acompaña la 'onomatopeya' con lanzamientos de objetos y airadas discusiones con los muebles, a los que trata con inesperada crueldad. A esas alturas, Jikito y yo ya nos hemos puesto los cascos antimetralla, por si las flowers.


La cosa comienza a calmarse en cuanto el pan pone su mejor cara en el horno y siempre termina con una sonrisa de Jiko (y un suspiro nuestro) ante la evidencia de que su pan está bonito y riquísimo... nada que ver con el desastre que anunciaba su tormenta anímica y arrojadora. Siempre es igual: todo pan parece una cacafuti (esto es un homenaje a mi amigo Javi, que nos devolvió esa palabra taaaan bonita de nuestra infancia) hasta que termina de hacerse; entonces cobra la categoría de obra maestra. Los supervivientes aplaudimos.

Y como muestra, este increíble Pan de Pueblo que, en su inicio, fue insultado...

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