sábado, 12 de enero de 2008
La cuenta atrás
Sesión de desahogo.
Esta soy yo en estos días: pequeña, echa un nudo, exprimiendo minutos y contando las horas tictac tictac tictac... hasta el lunes a las nueve y media, jodido momento de mi reincorporación, dado el constante fracaso con el euromillón de los cojones. Llevo días (que digo días, ¡meses!) haciéndome componendas chanantes para afrontarlo con calma, incluso con ganas (si la cosa va mal y no consigo que me despidan), para ver la parte buena, con estrategia calculada de frialdad y tranquilidad... Y ná, no ha habido forma: aunque reconozco que este tipo de momentos tensos me echan p'arriba, a estas alturas, cuando quedan exactamente 35 horas y tres minutos para que entre por la puerta de mi queridísima y putrefacta redacción de mierda (que no piso desde hace trece meses, es decir, estoy totalmente desintoxicada y sin un pitido de radiación), tengo un nudo dentro que me estira las noches y los párpados, me llena la cabeza de imágenes y penseques y combinaciones ganadoras, me arruga la almohada vuelta y vuelta. Y, sobre todo, no hay forma de encontrar una forma de separarme de esos dedos tan pequeños que me agarran tanto.
Encima, llueve todo el cielo, a pesar del sol.
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6 comentarios:
Te espera la sonrisa más grande del día cuándo llegues a casa, qué gusto.
prima...babi babilonia hueles mejor que una colonia y que una botella de bezoya...creo q era asin...
comprendo el asobine tuyo solo de pensarlo, pero este tipo de toletoles no hacen sino crear regomello en la testa pensante...asiq no te preocupes que seguro que puedes con ello y se te pasan las horas a cascoporro pensando en la cosa tan guapa que tienes esperandote...y javier tb..JUAS.
suerte enjuta, y si alguno se confunde le das una tollina arrodabrazo.muchos besos
Yo no te digo nada, que ya sabes lo que opino...
besos pequeños y babosetes (que son los mejores)
Vaaaaaaaaaaaaamos, hija mía.
El miedo, como la felicidad, siempre es en la víspera: "Más alegria que en la taberna hay en el camino que lleva a ella".
Luego te llamo.
Besos
Javier
Graaaaaciaaaaas a todos.
La verdad, no ha sido ni tan traumático ni tan terrible ni tan desesperanzador como me parecía el día que escribí esta entrada. Es más, entre que la gente está especialmente cariñosa y maja, entre que me centro en el curro (que sigue siendo cine, guay) y entre que se me cae el boli a las dos en punto de la tarde, no sólo no es horrible sino que hasta tiene partes buenas. Aunque sí, la mejor de todas, indudablemente, es la sonrisa de mis Jikos cuando vuelvo a casa. Eso sí que mola.
Despúes de pasar por nueve meses de embarazo, un parto y conseguir no dormirse por las esquinas....
aguantar a cuatro gilipollas no supone na de na.
Además que lo más rico son tus jikitos esperando a que llegue su reina para darles mimos.
Al toro prima
te queremos los tres desde las montañitas
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