domingo, 31 de octubre de 2010

¡Sueltos!

En el Retiro recuperamos el flujo sanguíneo, los brazos, el aliento. Porque es entrar... y ¡soltarlos! Sin correas ni manos ni coches ni aceras. Por otra parte se empapan, claro, pero... también afloran toques de balón inesperados.






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