domingo, 31 de octubre de 2010

Burrikin

Se fugaron, subrepticiamente. Recibo una llamada en el curro: ¡Nos vamos al burrikin! Y yo ahí, entre páginas y cromalines y ganas de fugarme también, a comer basura con mis jikos. Ese mismo día, a la salida del cole, como para compensar, Mato me regaló un dibujo:

-Hala, qué chulo, Mateo, ¿qué es, una bombilla?
-No, mamá. Eres tú.

Ah.



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