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-Mato, me gusta mucho hablar contigo.-Pues hola.-Que me cuentes cosas.-Mira que cuernosaurio.
Se fugaron, subrepticiamente. Recibo una llamada en el curro: ¡Nos vamos al burrikin! Y yo ahí, entre páginas y cromalines y ganas de fugarme también, a comer basura con mis jikos. Ese mismo día, a la salida del cole, como para compensar, Mato me regaló un dibujo: -Hala, qué chulo, Mateo, ¿qué es, una bombilla?-No, mamá. Eres tú.Ah.![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivdhpQXXLxNNEc97oUf1dicx73IuWhovg8sJyAPR9mNAnmD_OOaSLx99alj66Xz0eoZwMowgcoCV2YyHznmPFLf0_MTxjdpFCMxX92zzEMnOAMnBVsN7vXPX56eu6rvOZWyu-112zD-I4/s400/Burrikin2.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirEmn7xzYYFOAdTWtoaKmB49GWmO8S6zyYlFPXgGUjpq1Q2lPoAwsC_F1K8x7GyEHaMIxHDC-UKfR5pKyOdpg3LBGMhPVgthcKlJi2vSYkjE4YbEUSOqiSGNpOBE-dY6qR8kGALI0PwOY/s400/Burrikin3.jpg)
Camino del cole Mato suelta cosas como:-En mi cole hay un radiador del que sale música.-Perro en inglés quiere decir mascota.-Yo esto lo estoy haciendo bien bien pero queterrebien.(Luc canta de fondo "ia-ia-ioooo", sintonía de granja).
Yo delante, con la Juliet de Nick Hornby. Detrás, el Jiko, hacha en mano. Retrato a dos.
Cuando se lance a hablar veremos si nos explica su obsesión con los garajes, parkings y coches durmientes. Porque... qué vicio.
-¿Qué has aprendido hoy en la clase de inglés, Mato?-Hoy no ha habido inglés.-¿Y qué ha habido?-Mucha marcha.(No se si elegimos bien el colegio).
Un tal Diego, del cole, ha pegado a Mateo. Se lo cuenta a Luc como si nada. Pero de pronto enfoca la vista a un punto perdido y dice:-Igual un día le hago un agujero en el esqueleto.Ugh.
Luc es luz y garabatos. Amarillos y mojados, que tintan la pizarra y las manitas.
Espejo callejero al que orientar la cámara del aifon. Qué luz más rara. Qué cansados llegamos. Qué de peso, qué de bolsas, mami la merienda, papi llévame a hombros, quiero agua, vamos al parque, pis, una gominola, qué hay de cena. Qué tardes más chulas, sin embargo.
¡Anda, una foto de los jikos... sin la muchachada!
Devoción por los garajes. Le digo que allí duermen los coches, así que se acerca despacio, dice abuuuu-tata (coche) y luego se lleva el índice a la boca y susurra: sshhhhh. Así en cada garaje. Es decir, cada tres metros.