
En su primer día de piscina, Luc casi se duerme. Pero entre casi y casi, palmeó el agua como un loco. Movió las piernitas extrañado de que no pesaran, apoyó su espalda contra mi pecho y de vez en cuando giró la cabeza hacia atrás para buscarme la cara, a veces para tocármela, y en su forma de mirarme hubo como un "mami-mami, esto mola", porque casi me señalaba el agua entre risas y salpicones y brazadas torpes. Y sueño.


Y mientras... a pocos metros de la piscina... ¡el terror de los columpios, de las motos, de los juguetes, de los aros... el terror de su abueloooo!!!:



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