Después de nuestro primer viaje a Asturias en tren hemos hecho juramento de no volver nunca más en coche. Qué gusto, madredelamorhermoso. Desayuno compartido, auriculares mágicos, música, una peli nevada por las ventanillas. Y alguna carrera por el pasillo. Para repetir, cien veces. Mil.
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