Tienen mucho cuento. Cada noche apagamos las luces y encendemos el mundo. ¿Vivimos aquí?, pregunta Mateo señalando Japón. Me río y le enseño Madrid. Y Luc entonces ve un barco y dice "agua". Y así nos recorremos los continentes. En un pispas. El mundo entero. Un mundo de historias locas que nos inventamos, otras calmadas para apagar una energía que no se agota. Y me pide cada uno desde su cama, yo en el centro, lecturas diferentes. Trato de abarcar y me vuelvo loca. Así que mezclo colores y palabras para Luc con historias más hechas para Mateo. Y entremedias me salgo un momento de la escena y nos veo desde arriba y eso sí que me parece un cuento. El mío.
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