sábado, 2 de mayo de 2009

Plop Plop Plop


Fue un descubrimiento, camino del Museo del Traje, que pilla más o menos en las antípodas de nuestra casa (al menos, para ir andando bajo el sol). El Parque de la Bombilla, pegando a Moncloa, tiene un pequeño estanque que resultó ser como Aqualandia para Mateo (Luc se lo durmió). La razón es su último vicio (se inició en la lagunita de Bernardos): tirar piedritas al agua sólo para verlas chocar contra la superficie y luego imitar el sonido durante horas, incluso en sueños: plop plop plop.




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