miércoles, 13 de mayo de 2009

Dia de la madre

Mis hijos, en ese santo día que he tardado en volcar aquí porque no tengo tiempo ni para pensar en lo cansadica que ando, me regalaron dos cacas. Nada más levantarme. El regalo va en corcondancia con lo que se celebra, el día de la madre, que básicamente consiste en eso, limpiar cacas. Las recibí con emoción y casi me asoma una lagrimilla. Y no era por el tufo. Era emoción sincera: vi que las habían hecho con todo el amor del mundo, pensando en mí. Ay.

Fue chulo el día, a pesar del solaco en la cabeza y la comida atropellada y sepultada bajo los despertares de Luc y la actividad frenética de Mateo. Pero estuvo bien besar a mami (yo no le regalé una caca) y ver a la family. Jiko, lidiando con la familia política (o la política de la familia, como se quiera ver), pensó en Beni.









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