viernes, 7 de marzo de 2008

Paseando a Mateo


Todo pichi en su silla, con las gafas de Jiko y las ganas de no perderse ni una farola, ni una nube, hasta que el sueño o la risa le puede. Mateo motorizado (es un decir) va viendo la calle, el cielo, la gente, todo, menudas siestas, y, últimamente, grita, a vueltas con el arnés, para que le saquemos. Para seguir viéndolo todo, pero desde la altura y el gustico de los brazos. A veces, cuando grita mucho, Jiko y yo interpretamos un dúo trombón-oboe. Nos mira lucinado sin decir ni mu, antes de que explotemos de risa y él se vuelva a cabrear.

Nos gusta cuando va pensando...



Cuando se ríe a carcajadas...


Y cuando ronca como un ratón.

2 comentarios:

Pedrito dijo...

que genial

Cristina dijo...

Qué rico esta mi niño!!!Está para comérselo. Ya tengo blog:
http://cristinamartinperez.blogspot.com
Te he escrito a tu correo pero lo debo de tener mal... BSS a los 3