viernes, 28 de marzo de 2008

¡Hay algo en el suelo!

Tenemos el suelo lleno de Mateo, últimamente. Antes se conformaba con el cuadrilátero; desde que aprendió a salir de él, sorteando los rodillos como el salto de altura clásico (boca abajo, pero sin colchoneta, es decir; chichón), ya sólo se conforma si toca madera. Y así vamos, viendo sus primeros gateos, más de gato (maúlla) que de gatear: se retuerce en círculos o "pa'trás", aunque va progresando. En breve ofreceremos vídeo de los avances. Todo esto por el suelo, pero le encanta, también, el aire:

Aquí estamos bailando un vals, versión cocina. Se ríe como un poseso, en alto y haciendo pedorretas, apretándose contra mí por el vértigo de las vueltas, buscando mi cuello como un refugio... Siempre lo encuentra:

Otro juego, de nuevo en el suelo, es dar palmas a la madera y hacer torres con las manos... Por ahora es un juego avanzado, de extremada dificultad y éxitos relativos...


Y éste es uno de sus juegos favoritos: el tumbing. El primer día que lo hizo le pregunté si no le daba vergüenza. Me miro de 'lao', un buen rato, y luego siguió viendo Baby Einstein, capítulo lapiceros. Me da envidia, ese falta rigurosa de regomello...


1 comentario:

Pepa dijo...

Envidia total esa postura abandonada. Encima con un pijama con pies... ¿sabes si los hacen para mayores de veinte años? ¿Se puede aspirar a más felicidad?