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Nos enseñó orgulloso su patio. Y luego se quedó frito en el coche. Así que por la noche no pillaba el sueño ni a tiros. Me tumbo a su lado, a oscuras:-Mato, vamos a cerrar los ojos y a pensar en algo chulo... Imagínate el mar lleeeeeeno de delfines saltando y jugando...-Mejor tiburones.Él es más, cómo decirlo, de emociones fuertes.
A tortas sobre este conejo con muelle. Se pegan, se empujan y, entre medias, se parten el uno con el otro. Se buscan, a veces a mordiscos. Mateo canta. E informa: "En mi cole hay un radiador del que sale música".
Luc dice "shíiiiii" cuando le digo ¿sacamos la lengua? Y lo hace, mordiéndosela y buscando entre mis labios una pompa de chicle que viene a ser una carcajada infladísima. Cosamásrica.
Mato estrena paraguas bajo el sol justo antes de merendar y hacer... una apreciación: "El jamón gusta mucho a los pájaros, pero es muy peligroso porque tiene saliva".Esto... vale.
En los parques jugamos a bares. Yo soy la camarera:-Buenos días. ¿Quieres usted un aperitivo?-No, gracias, no estoy enfermo (dice muy serio). Tiene que saber que los aperitivos son para cuando estoy malito.
Como las mañanas son suyas, hace y deshace escondites. Como si fueran madrigueras, con atajos a medida. Hay que preguntar: ¿dónde está Luc? Y él ríe, con la mano húmeda entre los labios, en silencio para no ser descubierto, encogiendo las piernicas para plegar el truco. Hasta que él mismo grita "ahíiiii". Que significa: aquíiiiii.