Me fijo ahora en la casa de atrás y me parece un cartón pintado. Y no me doy cuenta porque entre las manos tengo carne estrujable que demanda y hace preguntas. Comienzan los "porqués".
-Mamá, ¿por qué Luc no me habla?
-Porque no sabe.
-¿Por qué?
-Cuando tú eras como él de pequeñito tampoco hablabas.
-Yo si hablo.
-Ya, pero cuando eras más pequeño, no.
-¿Por qué?
Y así se nos van tardes enteras, con preguntas y preguntas y respuestas que deben de existir, pero que a mí se me pierden entre risas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
¿Por qué os fuistéis a ese decorado?
Porque empezábamos a acartonarnos nosotros también...
Publicar un comentario