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Trazos como zanjas en negro chillón. Mateo escribió, por primera vez, su nombre. Eme de magia.
Luc pregunta si hay monstruos y le decimos que si alguna vez ve uno le tiene que decir:-¿Sabes cuál es mi comida favorita? ¡Monstruo con patatas fritas!Y se lo toma así.
No hay nada mejor que salir del curro y encontrarte con un miniabrazo intenso y cientos de besos de leche. Se me pega Luc y no hago nada por ser antiadherente.
No hay forma de que se bañen fuera de esta minicanoa. En un despliegue de tonos nuevos, Mateo le dijo a su capitán de navío:-Luc, mira, esta bañera es azul meringo.
Ésta es una de las mejores horas del día. La del cuento en la cama, la de las charlas profundas. Anoche, mientras Luki le roncaba ya a los dinosaurios en sueños, a Mateo se le escapó un secreto:-Me ha dicho la abuela que el día de la Madre vamos a ir ella y yo de compras, a por un regalo para tí.-Hala, qué bien.-¿Y para papá?-También, le compraremos un regalo para el día del Padre.Se quedó mirando las musarañas, con esa forma de pensar arrugando la frente.-Oye, mamá ¿y cuando es el día del Hijo? ¿El martes?
Este es Wolf, el lobo de nuestros cuentos. A veces duerme con Mato. A veces con Luc. Y las más, se esconde en cualquier agujero durante días, hasta que una garra pequeña vuelve a arrastrarle a su realidad de juguete y siervo.