lunes, 5 de abril de 2010

Con ocho basta

Como diría Dora la Exploradora (nuestra filósofa de pacotilla): "We did it!". Por fin. Los 8 de excursión, a un lugar secreto con tortilla, pollo empanao... y bollos preñaos del Jiko, de ésos que te reconcilian con tó, a rodajitas asturianas. Los 8 pendientes de los 8. Un tobogán con riesgo, hormigas, lombrices, dos setas. Una siesta imposible, una cocina entre piedras, un búho descubierto. Los 8, volviendo a casa destrozados, bronceado rojuno, mil preguntas en la parte de atrás del coche. Los 8, con ganas ya de repetir.




¿Y si ponemos...?

Se prepara: pilla la lancha, al "señor de la lancha", un tiburón, más juguetes. Todo para su baño. Pero Luc acecha. Se lanza, arrebata, tiene mil manos. Mateo plantea:

-"Papá, ¿y si ponemos una valla de animales?".
-"¿Para qué?".
-"Para Luc".

Leones tarumba

Los leones en la arena se vuelven tarumba. Simba trepa por cuestas empinadas para rugir con todas las pezuñas. Mufasa se sacude el sol de encima y la melena a su paso, dejando huellas con trampa. Se les olvida hasta el hambre.


jueves, 1 de abril de 2010

Para preguntar...

Discuten sobre el futón por el agua, el tiempo de ocio y las trasacciones de gormitis. Mateo concluye:

"Luc, para preguntar hay que estar tranquilito".


Cuentos chinos

Antes de ir a dormir pasan un rato presos. Por rojos.

Ésta fue la primera noche que Mateo me contó un cuento a mí. Fue así, los puntos son pausas, es su estilo narrativo:


-"Pues había. Una vez. Una nave espacial y un globo y vacas. Y un dinosaurio que hace ggrrr... a una mariposa con nubes. Y había una mamá, también".
-"¿Y qué hacía la mamá?
-"Conducir un coche de carreras".
-"Ah".
-"También había un papá".
-"¿Y qué hacía?"
-"Coger un dragón. Y había dos Luques".

Luques, plural de Luc. Claro.


Las horas del día


Las horas del día son así a diario, parque y padre todo a una. Y yo en el trabajo. Manda madre. Menos mal que me los imagino y Jiko marca mi número en el móvil para que Mateo me cuente lo que no llego a imaginarme. Luc, rendido, sueña con más columpios.






ChocoLuc

Chocolate. Con las manos. La boca. Los puños. Los codos. Los mooooorrros. ChocoLuc, de merienda, entorna los párpados de puro placer.