Qué mezcla perfecta de todo: torreznos de bienvenida y percebes de entremés. Cigalas de sorpresa. Mucho sol y mucho campo, y futbolines a cubierto. Fútbol en la plaza con cerveza y recuerdos. Y un corzo mueedddto y una rana disecada y el sapo Ramón, y huevos de gallina del tamaño de una mano infantil y cerdos para visitar. Y una noche de juerga y otra de serie danesa. Y mucha sensación de casa y de amigos de los de hace mucho y para siempre. También muchas ganas de quedarse, aunque no hubiera atasco. Ah, y un plan. Ya veremos.
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