Luc está como loco, grita, chilla, serpentea, finge y hace carreras consigo mismo. Mateo le observa y se ríe:
-¡Madremía de las narices la que monta Luc!, dice como una señora.
Y corre tras él y se revuelcan y hacen que están dormidos y ven llover tras los cristales y se quedan "en culos" y se muerdeabrazan. El tiempo es suyo.
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