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Luc superhéroe nocturno, haciendo de unos pantalones de pijama paterno una capa cósmica, y de mis calcetines, unas botas atómicas. Gritando con toda su sonrisa: "¡Shoy Manmaaaaan y kengo kenkosh!" (*). Sus superpoderes: tumbarnos de risa y crear un nuevo grito de guerra familiar.(*) ¡Soy Batman y tengo cuernos! Dicho con los índices en punta sobre la frente... Los famosos cuernos de Batman, sí.
-La madre que te parió qué sueño tengo, mamá (dijo él suavemente, ajeno al dicho y sus connotaciones).
-Másh chitchut, mami (Luc, solicitando más ketchup, todo yonqui).
-Papá, ¿quieres saber cuál es mi nombre particular? Mateo Marca Escamilla Zamora Jiménez punto com.
-Yo, bebé (dijo Luc, confundiendo nombre con condición).
-¡Carke, carke!, dice Luki, en su dialecto, llegando al "parque".-¡Esto está bien bien del paraguay!", responde Mato volteando el dicho y saltándose la rima.Tengo que acordarme de no salir sin grabadora.
Salí sola con ellos, con ganas de tenerles y escucharles y tactarles tooooda la mañana libre. Y me hacen... esto. Traidores.
Subiendo los cuatro pisos, al volver a casa del cole:
-"Mamá, estoy hasta los tobillos de subir estas escaleras".Y completa la frase con un gesto de señora mayor: subiendo las palmas al cielo, pura resignación.
Después de comer.-Mato, límpiate la boca.-No, gracias. No me interesa.Y encima pone una sonrisa amable, el tíoperro.
Tenemos un grito de guerra y juerga después de cenar. Jiko, Mateo y yo gritamos:-¡Tuberíaaaaaaaaaa!Y Luc responde:-¡Topíaaaaaaaaaaa!Que es como él pronuncia tubería. Tonterías nuestras.
Mato ve la tele. Sin apartar la vista me informa:-"Mira, mamá, un fuego. Igual es que han encendido una apagación".Menos mal que empieza una de Tim Burton.
-"La Coca Cola de niños se hace con salsa y pimientos. Y luego se bebe".Afirma Mateo, el de la fórmula secreta.
Luc superhéroe nocturno, haciendo de unos pantalones de pijama paterno una capa cósmica, y de mis calcetines, unas botas atómicas. Gritando con toda su sonrisa: "¡Shoy Manmaaaaan y kengo kenkosh!" (*). Sus superpoderes: tumbarnos de risa y crear un nuevo grito de guerra familiar.
-La madre que te parió qué sueño tengo, mamá (dijo él suavemente, ajeno al dicho y sus connotaciones).
-Papá, ¿quieres saber cuál es mi nombre particular? Mateo Marca Escamilla Zamora Jiménez punto com.
Ocho treinta de la mañana y la chulería amaneciendo. Pichi con vaqueros y zapas, pseudocastizo con sonrisa creciente por la promesa de chocolate con churros nada más llegar al cole. Luki, en casa, se quedó con un clavel robado. Y juntos, luego, tocaron peces de colores hechos con huellas de manos pequeñas. Anda y que me ondulen.
-Mmmm... ¡está tan rica que se me cierran los ojos!, dijo Mato, porción en mano.
Río de mentira y baño inesperado. Resultado: tarde calzoncilla de poses karatekas en huecos de árboles y risas con hierba y tractorzuelo. Y todo apuntaba a un domingo lánguido...
-¡Carke, carke!, dice Luki, en su dialecto, llegando al "parque".
Salí sola con ellos, con ganas de tenerles y escucharles y tactarles tooooda la mañana libre. Y me hacen... esto. Traidores.
Luc está como loco, grita, chilla, serpentea, finge y hace carreras consigo mismo. Mateo le observa y se ríe:
Subiendo los cuatro pisos, al volver a casa del cole: 
Pues eso, funda de gafas con diplodocus y hierba y esos puntitos negros que veis abajo son mariquitas y una firma trémula y un "mamá" como la copa de un pino y el mejor regalo del mundo entregado dos días antes, justo el viernes al salir del cole, por la impaciencia del autor y de la que lo recibía. Si veis una esquinita mojada, es baba.
Después de comer.
Tenemos un grito de guerra y juerga después de cenar. Jiko, Mateo y yo gritamos:
Mato ve la tele. Sin apartar la vista me informa:
-"La Coca Cola de niños se hace con salsa y pimientos. Y luego se bebe".
