Me imitan, los muy perracos. Hacen de mí. Y yo tengo que hacer de ellos. Mateo me dice tú eres yo, mamá, y me grita: -¿Hija, a cenaaaaar! -Ah, qué bien -le digo imitándole. ¿Qué me has hecho de cena? -Pues... eh... pan. -¿Sólo eso? -No, con zanahorias, tomate y galleta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario