Corren que se nos escapan. Con suerte van en la misma dirección, pero ocurre poco. Este parque de Goviedo fue pista de entrenamiento, casi un test de Cooper. No se cómo no adelgazamos más, el Jiko y yo. Será porque delante de un lomo con pan masamadre nos consolamos al final del día del cansancio y del casi no vernos a pesar de estar tol día pegados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario