miércoles, 17 de marzo de 2010

Latas y preguntas

Mato trata de dibujar. Luc, ejerciendo, se coloca justo entre el papel y el rotu.

-Qué lata me estás dando, Luc.

Pero se quita en seguida. Así que Mato resuelve:

-Ya no.

Cuando se despierta por la mañana, Mateo olvida esas latas. Le busca:

-Hola Luki. ¿Te acuerdas de mí?




Aquellas pequeñas cosas

Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.

*La otra tarde esta canción viejuna se nos coló en un rincón y nos tuvo a su merced, como esas cosas pequeñas.

Luc taxista

Camisa nueva y, de pronto, estereotipo: Luc fue taxista arremangao por el pasillo abuelil, con inesperada maña y forzosa querencia a los laterales. Luc es la primera vez que quiero morder a un taxista.

Negro.. y oscuro

Alquien preguntó.

-Mateo, ¿has ido alguna vez al cine?
-Sí.
-¿Y cómo es?
-Negro.

Los Jikos


El Jiko y yo, monitores de expedición la única tarde con sol en meses. Uno adelantado, siempre, a cargo de un hijezno. La otra, retrasada por inercia y retoques, a cargo del otro. Pero siempre uno vuelve la cabeza y la otra ya está mirando. Y lo que hay en esa línea que no se ve es lo que me da la vida. Pendientes.

Sustos

Camino arrastrando el carrito con Luc durmiente, y sigo en diagonal, por delante y al biés a Mato, cada paso. Y de pronto me paro en seco, volviendome hacia él: ¡uuuuhhhh! Y él se troncha atrincherado en el chupete (maldito chupete) y me pide más con esos ojos gigantes que ni riendo se achican. Jiko también se ríe detrás de la cámaramóvil.

Ikeando


Definitivamente, Ikea es un parque de atracciones. Y por primera vez, conseguimos salir de allí sin comprar nada. Eso es porque lo gratis nos llenó de sobra: ver el careto de éstos revolcándose entre los peluches, asaltando camas, rodando entre tiendas de campaña y balanceándose de forma ilegal... no tiene precio.

Deseos


Sigue con las filas, con sus filas... de todo. La de chupachuses molan, porque las hace salivando. Luego los devuelve con pesar y con cuidado a su "caja del tesoro", llena de caramelos de colores y negativas paternas. Ahí guarda Mato sus deseos, los más sublimes, los más perversos.

Charcos


Los bajos empapados, las botas encharcadas, Mateo feliz. Qué divertido, qué divertido, gritaba entre gotas volando.

domingo, 7 de marzo de 2010

Caracol de masa

Estaba Jiko haciendo pan una mañana de domingo cuando se acercó Mateo y, juntos, inventaron este caracol de masa.

Deconstruyendo El Bulli

Macarrones crudos, cucharas estridentes, ollas acústicas, vestimenta ad hoc. Mato y Luc, cocineros por un día, deconstruyeron 100 ml. de agua y nuestro plan de tarde. Vaya pastel. Y qué risa. Quiero que sigan así de cruditos.









Ciclogénesis explosiva

Fue el fin de semana de la ciclogénesis explosiva. En Madrid y para nosotros fue esto: solazo y Retiro, hijeznos corriendo por placer, gritando risas, tactando barro y viviendo fuera de casa. En el baño, horas después y con fondo de arena en la bañera, hablamos del gusto que es volver a casa rebozados un día de primavera en pleno invierno.







Volver a casa

Una tarde se nos hizo tarde y vimos esto desde el coche y pensamos que estábamos en otro planeta y que no íbamos a encontrar el camino de vuelta a casa en nuestra nave azul como el paisaje.

El repertorio de Luc

Luc gruñe con los bracitos en alto porque imita al dinosaurio articulado del cuarto. Como nos hace reír, insiste. Y luego saca la lengua y se gira con la mano en la espalda. Mirando de reojo. Ampliando repertorio.

Mat en el coche

Ésta es la cara de Mat al pararse el coche. Otra monedita más. Dice.

Despertarnos un sábado

El sábado por la mañana me quedo en la cama porque todos los demás días tengo que abandonarla rápido. Así que hablo en silencio con Jiko mientras los jikitos despliegan su cuartel general sobre el colchón y bajo la almohada. El avión de Mickey siempre termina estrellándose. Es el momento de preparar el desayuno.



En la cama de Mateo

Luc ha aprendido a subirse a la cama de Mateo y le asalta los sueños porque le echa de menos. Mateo nunca se enfada: abre los ojos, mira a su hermano aún sin ver del todo y dice con la lengua de trapo: "Lukiiiiiii...". Y se ponen los dos a hacer el dinosaurio.

Andando por la calle

No se si le emociona más a Luc aprender a caminar por la calle o a Mato llevarle de la mano.
O a mí ser arrastrada por los dos (aunque Jikopaparazzo me corte la cabeza).

El Brunch


Hubo un día, hacía frío, en que los dos se durmieron al tiempo y pudimos encontrar en TOMA, un restaurante enano y cercano, un hueco para su sueño en cochecitos y otro para nosotros. Este brunch, obra de Joe, un americano en Madrid, fue un paréntesis lleno de salsa benedict, beicon en su punto, manzana con canela, french toasts...