lunes, 29 de junio de 2009

Tener a Luc




Supe que era fuerte desde que nació, con ese parto... Tan pequeño, tan jodido, con la cabecita abullonada de tanto tratar de salir, o de quedarse, vayaustéasaber. Y luego cómo siguió saliendo, apenas cuatro o cinco ataques de llanto en cuatro meses, de día tratando de dormir entre ruidos y chillidos y juguetes estampados en el suelo por Mateo, debía de pensar que la vida es así. E igual es así, todo el rato buscando el silencio.

Ahora empieza a ser él. Por cómo mira, por cómo se amolda a un espacio que es suyo y sin embargo él parece tomar sólo prestado. Ayer, como cada día al final del día, con Mateo ya dormido y Jiko dándole forma a la tipografía de la miga o viceversa, estuvimos jugando en el futón. Tirados los dos, mirándonos a los ojos, agarrándonos con tiempos distintos, yo con suavidad de manos grandes, él con trompicones de manos pequeñas, las mismas intenciones, sin embargo. Pero ayer fue distinto, por cómo me miró, por cómo me tocó, esa risa abierta, los ojos fijos ya, las manos con dirección y búsqueda. Ayer Luc empezó a ser Luc. Y yo, a ser yo para él. Es inmenso lo que me pasa por el pecho al tenerle.

lunes, 22 de junio de 2009

Así vestimos


Caminábamos los Jikos por la calle Fuencarral de vuelta del mercado de San Miguel cuando una chica nos dijo ¿os puedo hacer una foto? y preguntamos ¿para qué? y explicó "para una exposición sobre formas de vestir en distintas ciudades que se celebrará en el Museo del Traje" y entonces respondimos vale y éstas son las foticos tan chulas que nos hicieron y mandaron amablemente sólo 24 horas después. Pues eso, así vestimos, más o menos, en Madrid, que no se yo muy bien si esto pué ser una referencia.



La costumbre


Comenzó hace pocos días, eso de juntarlos a los dos en el sillón a "leer". Ahora es Mateo quien lo pide: "Sillón Luc Mateo Tento", dice con el índice y cuidada pronunciación ("tento" es cuento). Y cuando digo sí y saco a Luc de la hamaca y voy con él en brazos hacia el sillón, Mat va dando saltitos de alegría alrededor y se adelanta un poco para ser el primero en sentarse y preparar para su hermano un hueco entre los brazos. Luego me pide el libro y se lo empieza a contar, página a página. Lo mejor que pronuncia es "tucán". Lo peor, "bulula" (libélula). Luc sonríe y aguanta los abrazos poderosos de Mat. Este ratito ya es costumbre.



Sobre todas las cosas


A Jiko le gusta beber leche fria de la botella. Los licuados de melón. Mezclar queso con chorizo. Hacer pan. Entre otras cosas.

A Luc le gusta que le beses en el cuello. Dormirse en brazos. Que le mires. Chuparse los dedos. Entre otras cosas.

A mí me gustan los masajes en los pies. El sol. El pan de Jiko. Una buena peli. Entre otras cosas.

A Mateo le gusta el columpio. Sobre todas las cosas.








Ésta de abajo es su cara al tener que volver a poner los pies sobre la tierra.

Dos cabalgan juntos


Aún quedaban varias millas para alcanzar el rancho de James Mulligan. Jiko y Mat llevaban galopando desde el amanecer, apenas un MiniBabybel en sus estómagos, sólo un bibe de repuesto. De pronto, un relincho lejano. Hay que buscar cobijo antes de que los indios nos roben los ganchitos. Al paso, al trote, al galope, Mat y Jiko se miran, agarran las riendas con los dientes y se pierden en la línea del horizonte al grito de "mamaaaaaa, la cenaaaaaaa". Luc les preparó el baño caliente, con nenuco dulces sueños.

miércoles, 17 de junio de 2009

Luc saca la lengua


Luc irreverente se parte, grado de humedad cien.
Luc rebelde con causa pequeñita, escondida en el paladar.
Luc me lo como.



Mato 1, 2, 3

Como los elefantes de El libro de la selva, al ritmo de un tam tam lejano y peliculero, ha subido hoy Mateo, por primera vez, las escaleras como un adulto, alternando los piecitos (antes los juntaba en cada escalón), contando udo, dó, triesh, cuato... Eso sí, como un adulto llegando a casa a las mil y con sobredosis de jotabé. La euforía y el vaiven podían con él.

PD: Esa manita que me sale del codo izquierdo es Luc.

sábado, 13 de junio de 2009

...Y éstos son los monos


Mat, sin dos años aún, ya es maestro. Luc aprende sin saber que es alumno. Primera lección, los animales de la selva. Monosh, repite Mato con el índice. Fantes, Eón, Iafas. Entre líneas, algún codazo, besucos y alaridos selváticos. Y eran sólo las ocho de la mañana.






Mato vuela

A Mato le da risa ver el techo convertido en suelo.
Vuela con todo el pelo y la camiseta de bufanda.

Amor de JikoPadre

JikoPadre envuelve a Mat y a Luc en volteretas y les enseña a nadar a todo trapo, barbilla arriba, y los duerme de día con palabras suaves y los despierta con gimnasia y rimas de risa. Les enseña carreras de delfines y vacas en el mar, los sube a las alturas. Y les muestra también qué hay al otro lado de la ventana de la consulta del médico, sin saber que desde donde yo miro forman la versión grande y pequeña de una misma cosa. Tres Jikos para mí sola.


viernes, 12 de junio de 2009

Luc bate las alas

Luc bate las alas y se deja besar. Gira la cabeza y alarga el cuello, bésame mucho, aquí también y aquí y aquí y aquí. Obedezco. Y miro de reojo y le veo quieto y callado y sonriente de puro gusto. Y cuando te encuentra los ojos de nuevo entonces grita y grita y juntas las manitas antes de comérselas sin dientes. Y se oye de lejos a Mat: "Luc, mio".

miércoles, 3 de junio de 2009

Así se esconde Mat


En este armario están sus platos barbapapás. Y en el hueco que deja la puerta entreabierta se esconde Mato con quietud de bandido en busca y captura. Nos dejamos engañar, claro. Y le llamamos a gritos por toda la casa y hacemos que no vemos esos pies rellenos y que nos vamos a la calle a buscarlo porque no hay otro sitio ya donde podría estar. Y entonces sale de su guarida naranja y se alegra por nosotros, que estábamos preocupadísimos por su paradero y su suerte.


El Chuño Negro

Mato emula al Chuño Negro, superhéroe enmascarado que Jiko se inventó cuando sólo éramos dos. Aquí, a punto de despegar del futón y salir volando al rescate de todos los bebés enfrentados a un plato de acelgas.

Viendo Mickey

Lo que hay justo enfrente de estos cuatro ojos hipnotizados es Mickey Mouse. Cantando algo de que cuando necesitas una herramienta tienes que decir pimienta. Los que tengan hijos diminutos saben de lo que hablo... esa cancioncilla criminal que se te incrusta en la lengua adulta.

Fotomateón


La primera foto oficial. Para la reserva de plaza de la guardería. La hicimos en casa. Mateo encima de un mueble, con fondo de pared blanca, Jiko colocando un monigote sobre la cámara para fijar su vista y su cuerpito culebra. Imposible. Elegimos la primera de arriba, serio serio, en pijama.

Las filas de Mat


Mateo enfila la cesta de los juguetes y hace fila de todo. En silencio, uno a uno, en el suelo, en el sillón, en la memoria. Luego nos llama, para enseñarnos el trabajo. Y mientras observamos, él se agarra las manitas en la espalda, como un jubilado contemplando las obras de Sol. Y dice mio mio.

Comenzó con los animales, todos mirando al sur, el cuallo (caballo), la iafa (jirafa), avaca (la vaca), losho (el oso), el buro (burro), el ipopo (hipopótamo)... así los cien que ha ido recogiendo de la selva; luego, los totes (coches), sin importarle potencia o especie: deportivos, utilitarios (emart: smart), remolcadores, fórmulas, un avión. Ahora anda con los platos, los vasos y hasta las miguitas del desayuno.



Reír así

No es posible "hablar" tanto con apenas cuatro meses. No es posible gritar así, reír así, gorgoritear así, carcajearse de ese modo. Y sí, resulta que es posible: ocurre a eso de las siete menos cuarto de la mañana. Volúmen máximo. Y pompas.

Picnic bochornoso


Bochornoso de bochorno, de calor gris pegajoso de tarde de mayo gris pegajosa. Bochornoso de pesao: ni un ratín, salvo el de esta décima de segundo de arriba, pudimos estar tumbaossentaos, tranquilos. Bochornoso de cansino: Mat huidizo, Luc de morros con el sueño, nosotros sin poder encontrarnos ni una vez a los ojos. Nos fuimos a casa corriendo, huyendo. Ni siquiera los bocatas caseros de pan de Jiko salvaron el bochorno. [Igual no fue para tanto y nos reímos a intervalos...].