jueves, 17 de julio de 2008

La parte de atrás del yate (ahora sí)


Hace aproximadamente un año, más concretamente un mes y 3 días después de parir, aislados del mundo, escribí en este blog una entrada titulada La parte de atrás del yate. Hace unos días, de pronto, sin esperarlo ni pensarlo, sin apenas tener conciencia del momento (tardé un rato aún después de meter los pies en el agua...), viví la última frase de esa entrada, que era un deseo, digamos, improbable.

Que haya pasado de improbable a real es culpa de Lara y Miguel, que nada más aterrizar en su isla-casa nos llevaron desde el puerto de Sóller a alta mar, plantaron el ancla en medio de la sal y el agua turquesa y la arena clara y un par de medusas cazadas a tiempo, y nos regalaron a los tres este momento perfecto en "la parte de atrás del yate". Miguel hizo malabarismos para captar seco el instante, Lara sabía que la foto cerraba el círculo de la entrada en el blog del año pasado.

Ver a Mateo "nadar" en mar abierto fue impagable. Claro que también disfrutó del momentazo durmiendo como un cesto. El agua le curo el resfriado más breve de la historia.

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