martes, 24 de junio de 2008

Partes del todo


Las manos: dícese de aquellas herramientas que, a pesar de poseer cinco gadgets, su dueño gusta de utilizar sólo dos, a modo de pinza, y, muy especialmente, uno de ellos, denominado índice, que se dirige hacia cualquier objeto inanimado e intenta posar en tó lo que se mueve. En "modo descanso", como muestra la imagen, la pinza de una mano agarra el índice de la otra.


El pie: plataforma oronda y rellena de leche condensada (o leche merengada, en verano) que sirve para empujar en el gateo y para impulsar en el pseudoandar. Son bastante comestibles, sobre todo cuando aún no ha aparecido el denominado tobillo, y en algunos especímenes, como el de la foto, suele disponer de un índice a modo de periscopio: asomando por la superficie, a ver que hay por ahí.

Los dientes: los dos primeros, curiosamente parecidos a dos granos de arroz, son los que más llaman la atención a los que rodean a quien los posee y los que más dolor puñetero suelen causar al susodicho propietario. Namásalir son capaces de incrustarse con devoción en las manos y mejillas maternas y paternas. Los que aún no han sufrido "la incrustación" se asoman a ellos con emoción y sonrisas.


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