Ésta es la felicidad del preso. Rodeado de las paredes blandas de su cuna de viaje que ahora se impone (como cárcel obligada) en nuestra casa-salón, y pescando juguetes duros que muerde con encías depredadoras, Mateo cree que el mundo es en ese momento pequeño, cuadrado, perfecto.
1 comentario:
dios este niño esta precioso...hacia tiempo que no pasaba por vuestro riconcito y e flipao...que preciosidad...tengo ganitas de veros, cuidaros todos vosotros tres three jandenauer..
besos a KAS-CO-PORRO.
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