lunes, 25 de marzo de 2013

La pringada feliz

La pringada que curra en Semana Santa recibe en el curro estas dos postales del paraíso y no sabe si echarse a llorar de rabia por no estar allí o morirse de amor.


Robots

Regalazo de Mateo y Olivia, que intuyeron la pasión androide de Luc y Mat y dieron en el clavo con estos ejemplares para montar y desmontar en cartón coloreado. Uno a uno, forman un ejército. Y ahora nos miran desde distintas localizaciones. Vigilantes robóticos.

'Bruces'

Por aclarar el título: no son mamporros, sino Springsteen. Bueno, en plural: springstines. Luc, con modelo prefabricado, préstamo del abuelo. Mat, con modelo handmade, cortesía de su padre. El primero es más de baladas. El segundo, de rock desmelenado. Con cuerdas de goma.


Felicidad

Efectos secundarios del pedaleo constante bajo el sol del Retiro. Comisuras expandidas, carcajadas dilatadas, borrachera de felicidad. Es muy, muy contagioso, el síndrome este.


miércoles, 20 de marzo de 2013

Día del Padre

"¿Yo tengo estos pelos, jomío?", dijo el Jiko estrenando el día, abriendo el regalo de Luc, que es este retrato enmarcado "con adandelas" en rojo pasión. Lo dijo con mosqueo fingido, mientras se secaba con la manga una lagrimilla. Cuando vio "el pan humeante" que Mateo le dibujó en su nueva taza de desayuno, ya fue una "inundidad".

La sabana africana

A veces se alinean los astros y no se dan de mamporros. Y están suaves y se buscan y retozan como leones chiquitos, y se dan mordiscos que no duelen. Y ahí no entra nadie, solo ellos. La 'sábana' africana, como dice Mateo.


martes, 5 de marzo de 2013

Escapada

Es llegar a casa de Beni y empezar a descubrir mapas del tesoro. Una pata de un gormiti olvidada hace meses lleva a una pieza de Lego escondida en un arcón que guarda juguetes de cuando Jiko era como ellos... Así que es un no parar. Ella los mira y disfruta, y se cansa, no da crédito al desgaste. Y es entonces cuando se levanta a cocinarnos... y ahí estamos perdidos. Esta vez fue sobredosis (voluntaria, gozosa) de croquetas y pulpo. El tren nos prepara para la vuelta al menú diario.




















Siameses

Ocupamos Abuelilandia para ver los Oscars. Y justo justo justo cuando salió Jack Nicholson oímos un ronquido doble que nos hizo correr para encontrarnos con esto: dos siameses soñando a medias.

Los tétanos

Fuimos de escapada a ponernos las vacunas de los 4 años. Glups. Andaba yo disimulando, tratando de que el momento llegase entre risas, escondiendo mi temblor irracional y tonto, y resultó que, como siempre, me ganó por goleada. Tranquilo, sonriente, mirándome para calmarme ¡a mi! Hasta la enfermera lo flipó. "Sí me ha dolido, mamá, lo que pasa es que soy un valiente, ¿me compas un cochecito?". Claro, jomío, un cochecito, un camión, un rascacielos. Y te invito a comer. Bueno, nos invitó el Jiko, al que Luc informó con detalle: "Ten cuidado no me toques en los bacitos que me han puesto dos tétanos".

Transbordos

Ir en metro con ellos sigue siendo un planazo de entusiasmo rabioso. Y trato de recordarlo cada mañana, a ver si así logro darle a mi transbordo un aire de diversión loca.


De parranda con Luc

Mientras Mateo lo daba todo en un parque de bolas con sus amigos, Luc y yo salimos a comernos la tarde de Madrid. Le llevé a ver dónde vivía yo antes, sabiendo que ese "antes" mío no le interesa lo más mínimo, no estando él. Le señalé la casa "mira, ahí vivía yo solita" y el insistía en negar la realidad: "No, vivías allí cuando mateo estaba en tu tripita y yo en la de papá". Un pasado embarazoso, a qué negarlo.


Monos

Parquear del verbo parquear es, básicamente, hacer el mono. El otro día, en un documental de La 2, estuve observando a los chimpancés en sus lianas y columpios y... Bueno, un calco. Ya les dije, josmíos, hasta os reís igual que ellos. Se miraron el uno al otro y compartieron el plátano.



Mateo Bansky

De acuerdo, no tiene la carga de profundidad de Bansky. Pero los graffiti de Mateo, en modo mondonguillos radiantes, no tienen nada qué envidiar. Vaya trazo. En espacios mínimos.

Los sábados

Estampa de sábados por la mañana: los tres esperando el bus que nos lleva a la piscina mientras Jiko ayuda a amasar a extraños. Recorrido sabido y comentado ("ahora pasamos por la plaza del banderón!"), concursos a pie de ventanilla ("el que vea el primer coche dojo gana") y llegada a destino con olor a pastas recién hechas. Cualquier día pasamos de pisci y nos las comemos todas.

Destinos

Día con décimas los dos. En casa. De ponernos el termómetro el uno al otro pasábamos a dar cabezadas, hombro con hombro, y a hacer crítica literaria con "el libo de los esqueletos", que en realidad es sobre el cuerpo humano. Quisimos informarnos sobre los virus, que vienen dibujados, y horas después de pasar de bacterias al aparato digestivo, Luc salió con:

-Mami, ¿sabes a dónde va la comida que no nos sirve?
-¿A dónde?
-Al destino güeso*.

Y se quedó frito.

(*): Intestino grueso, para los que no sepan Luqués.

lunes, 4 de marzo de 2013

Fútbol doméstico

Si tú a alguien le dices 'fútbol en casa' visualiza una tarde con cerveza, aceitunas, pizza y el Plus. Pues no. Fútbol en casa, en Jikolandia, es: dos pijamas hiperquinésicos, uno chutando, el otro parando, comentando las jugadas ("¡eso ha sido falta de poste!") y, ajá, exigiendo que TODOS los jugadores salten al terreno de juego. Así que el Jiko y yo saltamos, claro, y resoplamos y metemos goles y hacemos unos paradones de anuncio de Nike. Con este balón de peluche.






Una inundidad

El mundo gira y gira y gira y Luc pregunta y pregunta y pregunta. Su mantra es "¿Y qué pasa si...? Como si no hubiera mañana. Este día llovió. 
-Mamá, ¿y qué pasa si hay un charco gaaande?
-Pues nada, que lo saltamos.
-¿Pero y qué pasa si es tan gaaande como la calle y no podemos saltarlo?
-Pues... que bordeamos el charco.
-¿Y qué pasa si el charco es tan gaaande como la ciudad y no nos funcionan las 'katuiskas'?
-Pues... jajajajaja... que pasamos por encima y chapoteamos como Gene Kelly!
-Pero ¿y qué pasa si nos mojamos porque el charco ocupa todo este país y todo es un diluvio y una inundidad?
-¡Taxi!

El fontanero


Yo no se, pero diría que esto puede considerarse perfectamente acoso, presión, intimidación. El pobre fontanero sumergido en nuestro desagüe y los chicos dándole indicaciones, marcando territorio. "¿Qué vas a hacer con eso?", le preguntaba Mateo. "¿Y no sedía mejod haced eso con sidicona?", le aconsejaba Luc. Se fue y no ha llamado. Ni para cobrar...

Una casa de huéspedes

Esta es Elena. Pero bien podría ser Nayara o Pepa u Olivia. Son las amigas de Luc. Dice su profe, Rosi, que se pasa tooooodo el dia de la mano de alguna. No vengo teniendo claro si es un seductor o un 'mandao'... O que tiene, como dice la yaya, el corazón como una casa de huéspedes.

Sala de desinfección

¿Veis estas risas? Pues son producto de su desternille al verse con poderes, a saber: lograr proyectar el agua de la bañera al techo y teñir cada litro de color 'madón'. Cada día.