Les regalaron una caja de bombones. Mateo cogía uno, miraba la caja, y se le encogía el gesto al ver la manita de Luc participando del evento...
-Mami, si Luc no nace y tenemos una caja de bombones... él no podría comérselos y... ¿quién se los comería?
No me dio tiempo a responder: ya estaba él llevándose el pulgar al pecho.
Qué peligroso es el chocolate. Para la fraternidad.
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