Superrurales

Durante un día la idea fue hecho: vivir en una casa en el campo, con su jardinaco desarrapado, su carretilla, su río, su intemperie y, claro, sus disfraces de Supermán y Batman, superrurales. Lo mejor, también: un nuevo amigo, Otto.

Telenovela

-Luc, ¿me quieres?, pregunta Mateo.
-Shi.
-¿Cuánto me quieres?
-Musho.
-Me tienes que dar un beso aquí, en esta ceja.
-Vade.

Y así andan. De telenovela.

Campo y compañía

La selección de fotos es rara y difusa, pero valga para resumir el calorcito de estos cuatro días bernardinos con los blancochillónsobrados. Buah. Qué de campo, río, ranas, águilas, ovejas, pinar, piñas, piñones y lagunas y saltos y risas, baños conjuntos de agua negruzca, un pino y su puesta a punto, ritmo común y una jarana que ni en sueños: chocolate al amanecer. Qué gusto es nunca cansarse de una compañía... Y querer más y más y más...

-¡No me quiero iiiiiiiir!, gritó Mateo al irnos. Le hemos nombrado portavoz.

Dos bolas de primavera

Abrimos las ventanillas del coche, de tanto sol. Mateo, asomado.

-¿Qué miras, Mato?
-Estoy viendo cómo llega la primavera.

Le regalamos un helado por la tarde poética. Y a Luc, otro doble.

Los intestículos

Son más de abstracto. Luc se decanta por los paisajes. Arbolados. Mateo más por... nuestro interior:

-Mira esto que he pintado, es lo que tenemos aquí (señalándose la barriga). Por dentro.
-Ah, los intestinos.
-No. Los intestículos.

Y disimulan mirando al cielo.

Vuelta a vivir

Jugamos a indios y vaqueros. Mateo me dispara, me desplomo en el suelo.
-¡Pero no, mamá, si todavía no te he muerto!

Así que vuelta a vivir y cambio de disfraz: del quinto de caballería al cuarto de patinaje hiperequipado.

Origen

-Mami, ¿yo soy del Decroly?
-Claro.
-Pues no. Yo soy del HD.

*Cafetería HD: jikotemplo cincuentero y molón donde Mateo convierte un menú en un fiestorro, Luc engulle croquetas y nosotros hacemos apología de la mejor hamburguesa de Madrid, el mejor sandwich roll mixto con huevo... y no sigo.

El maquinista... en general

Todo es susceptible de convertirse en un tren. Con colocarlo en fila vale. Él delante. Luc y su pasión por los trenes y por ser el maquinista, en general. Hace chuc-chucu y, por un momento, abandona los mandos para apuntarnos con el dedito y ordenar: "Tú, aquí", señalándonos el vagón turista.

Hormigas

Caminan como hormigas en medio de la multitud. Y, claro, se solidarizan cuando ven a las de verdad: horas pueden estar siguiendo una fila india, escarbando el hormiguero, pisándolas, ay.

Humo y aire

-¡Humo!, dijo Luc señalando una chimeneita de la casa de enfrente.
-Sí, pero...¡mira, se lo está comiendo el aire!, dijo Mateo de reojo, pinchando un macarrón.

No entiendo a la gente que dice que no se habla en la mesa.

Decir adiós

Así lo hicimos, recordando pautas, raíces, silencios y palabras. Ortiguera, donde está este faro, y Tapia, niñez de acantilados y cuevas y todo mar, fueron los lugares. La tarta al whisky, helada pero sin su toque, el homenaje (uno de tantos). Yo le estoy agradecida: me ha dado lo que hoy es mi vida. Buen viaje, Luis.

Lo suyo es puro teatro

Primera cita, cinco de la tarde, con la tortuga Pekka, obrita de teatro que los inmovilizó ¡media hora! Luego, fiesta en la calle. Dia del teatro callejero. Caballos gigantes, una rana como un rascacielos, sirtaki en un barco pirata, globos morados y mucho hombro para alcanzar a ver. Derrengados, ansiosos, felices. Los Mateos hicieron dúo. Oli cuidó a Luc calle arriba, calle abajo, de la mano siempre.