
Triunfó la nave espacial, con cabinas y rayos y centellas. Y un dinosaurio y una excavadora y un xilófono y vuelta a empezar. Se pasaron con las serpentinas, los Reyes. Con las serpentinas y los globos y las chuches y las ganas. Qué momento esa cara de Mateo justo al distinguir formas en la oscuridad, al encender la luz... al verlo todo. Luc quiso comersélo.



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