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-Quiero un titaustu.-¿Qué es eso, Mateo?-Yo no lo sabo.
(Otras veces responde: "Es una cosa que se dice Mateo").
A veces no parece el cuarto una llanura del Serengueti. A veces no se zurran. Suele comenzar con un:-Quiero meterme en la cuna de Luc con Luc.
Y sigue con un round de cariño entre barrotes. Se quieren cerca, me da. Y eso que Luc, el pobre, se traga ya toooodas las cosas que Mateo escucha. Le dice, por ejemplo:
-Luc, hay que ser generoso.
Tendrá morro. Y encima, imitándonos.
Hay noches que me agradece con creces mi esfuerzo cuentista con 'Pino se viste solo' o 'Arriba en el árbol'. Con esa vocecita ya pegada al sueño:-Mamá, te quiero hasta el esquinito.
Luc, a veces, me dice bajito que el abuelo es todo un personaje.
Les trajeron cacerolas, los Reyes. Y "ezpumaderas". Así que hay tardes que estamos en El Bulli. Luc chupa al punto de sal. Mato no chupa ni prueba porque no para de hablar:-Mateo, ¿cuál es tu comida favorita?-Champiñones y jamoncito.-Pero... ¿jamón york o serrano?-Mmmh... Queso brí.
O:-Este agua no me gusta porque es de cocacola.(probando La Casera)O: -Este bollo está muy manchoso.Y otros pringues.
-"Mato, no hagas eso, cariño mío".-"Vaaaaaale, cariña mía".
... ocurre todo esto. ¿Me echarán de menos? Mmm...
Mateo dice: "Este chupete está de rechupete". Luc contraataca con su dedo: el chupete que nunca se olvida, que nunca se pierde.
Mato me roba el paraguas y va hablando solo bajo el rojo chillón. "El otro día di un beso con chupete a un corazón", dice, por ejemplo. O: "A mí me gustan los hipópomos y los coricócoros"*, esto último mirando al cielo, por si pasa alguno.
*Hipópomos y coricócoros: hipopótamos y helicópteros.
Testimonio noctámbulo de los primeros pasos del jikito más pequeño, entre los dos jikos que ya manejan la verticalidad. Les sigo de cerca, sin flash. Dos pasos por detrás de mi vida entera. A veces tiemblo.
... y todo se vuelve raro.
Navidades son librar el 24 y el 31, deglutir 12 uvas, papanoel y reyes, besarabrazarbrindar, envolver y desenvolver regalos, y en medio de todo eso, las hallacas de Omar. Cada vez que vienen a casa, Mato se acuesta repitiendo sus nombres en bajito, cerrando los ojos, haciéndome repasar:
Pepa...Juanjo...Mateo...Olivia...Omar...Mamá...Papá
...Mateo...Luc. Pues eso, todos... hallaqueando a ras de suelo.









Hubo fiesta en CasAbuelos el día de Nochevieja. Fiesta y baño, para empezar el año arrugaditos como pasas, rugientes como dinosaurios...
Así llama Mato al T-Rex. Tirrech. Desde que los vio en el Parque Jurásico de Principe Pío. Desde que duerme con uno de ellos, tocándole los dientes con la punta de sus dedos. Imitando su rugido.