No termina de pillarle la postura: se le enreda el mástil en la mano equivocada, busca las cuerdas que no hay, rasca donde no hay ná que rascar. Lo peor: que la guitarrita de marras tiene SONIDO. Lo mejor: verle serio, entregado, espíritu Keith Richards.
sábado, 12 de diciembre de 2009
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