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¿Ya? ¿De verdad están YA los dos en el cole? Buf. Este blanco nuclear de las fotos duró lo que dura un hielo en un whisky on the rocks.
La última pisci. Con siesta y susurros y luego gritos y a lo hondo. A partir de ahora... pisci cubierta (y con órdenes).
Churreando, que es gerundio. Y yo que soy más de porras...
Aquí están, cabalgando juntos, apurando parque a deshoras antes de que suene la campana del cole...
Hay días, de pronto, en los que sin decirlo juramos no salir de casa. Y nos quedamos como si fuera una fortaleza, defendiéndola, apurando cada rincón, con juegos inventados y encierro voluntario. Y gozoso. Jiko hace de fotógrafo.
Eso dijo Luc: ¡Mirad, una piscina de tomates! Y se lanzó como una lechuga, a pleno pulmón.
Sacándo músculo en los pasillos de H&M, superhéroe de las rebajas.
Cinco años ya. Mi niño. Soplando entre amigos y hierba, haciendo la croqueta donde siempre ha cortado la tarta, desde aquellos tiempos en los que no sabía qué era una tarta. Cómo pasa el tiempo. ¿Despacico? Ná...
Fue llegar de la playa y buscarla por todas partes. Nos conformamos con la pisci. Que, la verdad, qué gustazo también.
Solo una pega, y enorme: no estuvo Jiko. Pero por una buena razón. Con él en mente: agua, olas "montuosas", doradas al atardecer, el primer buceo, siestazas, títeres, la "fiera" (aka: feria), el trenet, los videoclips con gafas y bastón, yayitis y abuelitis, el castillo y las casa de las conchas y Concha's City, y... verles disfrutar como locos.
