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Mola ver a uno mayor, ayudando, y a otro pequeño, dejándose ayudar. Paso a paso, fraternidad en ascenso.
Fiesta de despedida con compis del cole y de cumpleaños veraniego: adelantando guasa, piñatas y un regalazo: los click en el Oeste. Luc se pidió tarta.
Espadachines en pijama, haciendo del salón un campo de batalla. El filo de la espada es Lego puro, por suerte.
Me levanto y me encuentro esto: el barman haciendo "té con menta". Y dándomelo a probar. Ya le he dicho: muy bien la performance, pero... ¿cabría la posibilidad de cambiar el té por una caña? Me la ha tirado mejor que una Cruzcampo a un grado.
Mientras Luc siestea, Mat y yo futoneamos. Ya está enorme, todo niño, cero bebé. Sin embargo... cómo me recuerda a cuando apenas me cabía en el hueco del brazo.
Urban Jiko, metalizado, entre Clint Eastwood y Mr. Panic. De camino a casa.
Existe el muro de las lamentaciones. Y luego este.
Como si no estuvieran en la luna toooodo el día. Astronautas a escala Plutón. Qué tiemble el universo.
Julio 2012. Empiezan los cursos, empieza el pan, empieza Jiko. Que cunda PANIC. Buena suerte, panadero mío.
El poder conlleva una gran responsabilidad. Tener a Mateo de copiloto, una gran paciencia. Ánimo, Spiderman.
Parecen tristes, pero fingen para la foto. Les gusta el drama. Y la comedia desatada, más.
Uve de victoria callejera con el auto loco al tamaño perfecto. Bombero de calle.
Merienda cena improvisada un domingo a punto de hacerse demasiado tarde para volver a casa a tiempo. Entre platos, mucha risa. A los postres, más.
