Ese día Luc no entró al agua, barbilla en modo puntos preventivos. Pero le echó una mirada melancólica, junto a Mat, como quienes miran el horizonte de la sabana africana.
Piscolabis sesentero en cumple lejano y por sorpresa. No es que nos pille desprevenidos, pero se hicieron devotos de la religión familiar: oda a la diosa panceta barbacoa. Entregadísimos.