martes, 13 de septiembre de 2011

Vivir con ellos

Una tarde en casa, con ellos, es tener que coger un papelujo para apuntar, al vuelo, lo que dicen.

Mateo: Tome esta multa, son 50 euros.
Yo: ¡¿50 euros?! ¿Pero qué le voy a decir yo a mi marido?
Mateo: En esta casa está prohibido tener marido.
Yo: ¿Cómo? Y ¿qué hago con él cuando llegue?
Mateo: Si vuelve a decir la palabra marido la meto en la cárcel.
Luc: ¿Y a mí?
Mateo: A tí también.
Yo: Insisto, ¿qué hago con mi marido cuando vuelva a casa?
Mateo: Lo tiramos a la basura o a un grifo.
Luc: Pes si te caes al abua te come un cocolilo, pedo solo uno. Y a usted le pongo una mudta.

Y así. Pensando en cómo tiro al Jiko a un grifo sin morirme de risa.

Punto de equilibrio

El equilibrio es uno a cada lado. Dando tirones, incluso. Hablando al tiempo, siempre. Excursiones más cerca que lejos, lo mismo da. Y me rio de tanto responder a no se muy bien qué pregunta sobre pregunta sobre pregunta y diciendo más chuches no.

-"Pued ed oto día nos diste dos poluletas", apunta Luc, como echándome por tierra la negativa tajante.

MisJikos

Buah, me los como. A los 3, por las patas. Esas caras. Es todo.

Bocazas

Diosanto qué buzones. Así entra lo que entra, que la nevera nos hace eco al cabo de dos meriendas.

Futoneando

A veces gritamos "Futóoooooooooon" y equivale a batalla y revoltijo y croquetas entre sábanas y muerdebesos. Y cuando llevamos la cámara nos queda así, con clanners incluidos, que se suman por invitación de Mateo a los retratos de familia.






De la mano

A veces se acoplan, suaves, y dejan los tortazos en la acera, por un rato. Se dan la mano y charlan, paseantes. Y nos dejan atrás. Y les miramos sin saber cómo hemos llegado a esto tan rápido.

No se qué destino tendrían en la boca, pero ayer le iba diciendo Luc a Mateo:

-"El sacapodte es pada viajad". Calle arriba, calle abajo, como mucho, por ahora.




lunes, 12 de septiembre de 2011

Pompas

-Vámonos al parque, dijo Mateo.
-Espera a que venga papi de la reunión y nos vamos todos juntos, ¿vale?
-Es que... Los niños tienen que ir al parque cuando los padres de los hijos están en una reunión.

Teorías vespertinas mateíles. Y nos fuimos al parque. Y nos dimos de bruces con el Jiko y con mil pompas que les llenaron las palmas de burbujas y la cara de risa jabonosa.


Robots... de cocina

Cuando se quedan así, embobaos mirando la tele, les digo que son robots y que esos robots me han robado a mis hijos. Y les abro la boca y grito hacia dentro "Luuuuuuc", "Mateeeeeeo", "¿Estáis ahíiiiiii?". Y se mondan de risa y vuelven en sí. Y apagamos la tele y les pongo a cocinar conmigo, por ejemplo. Los 3 en fila en la encimera, ellos sobre taburetes, con cuchillos sin filo partiendo judias o calabacín o pan de molde. Y yo corto, también, pero sobre todo escucho y me parto y no se de dónde salen esas frases:

Mateo: "Qué bien que estoy ayudando a una persona que es mi mami".
Luc: "Bueno, es la mami de los dos, Mateito".

Agosto en el agua

Cómo, si no. Agosto en el agua, con intervalos para merendar, huertear, jugar, hablar ¡sin parar! Arrugaditos como pasas, tritones reincidentes, nunca nos remojamos tanto. Y qué gusto verles.










Cumple de Mateo y Oli

Cuatro añazos. Mateo y Olivia. Y mil mordiscos (les daría). Soplaron las velas en terraza con guirnaldas y flanqueados por dos comparsas que no dicen nunca 'no' a un fiestorro. Mateo y Luc les ayudaron a planear el atraco perfecto. Y a cantar a capela. Dio para una peli de los años 20.