sábado, 11 de julio de 2009

Ay, mis Cayetanos


Helo aquí, Mateo actor, puro Método. Helo aquí, en los brazos de su padre por un día, Paquirri. Helo aquí, camino del Goya. Llamadme Carmina.

Pues sí, los nenes actuaron por un día, los dos para el mismo papel (el de jajajajaja Cayetano jajajajaja Rivera jajajajaja Ordóñez, modelo de Armani, no, perdón, torero) en una peli que está haciendo Telahinco sobre la vida de Paquirri. El rodaje era en una finca de Tarancón, cuarenta grados a la sombra, y allá que nos fuimos, a compartir catering con actorcillos caracterizados de Carmina, Lolita, Pantoja y demás fauna, y a que Mat y Luc, vestidicos ad hoc, diesen al personal una lección dramática que ni Brando. Y sin necesidad de frase.

Escena de Luc:

exterior, mediodía. A la mesa están sentados Carmina, Fran (que no quiere comerse los huevos fritos con arroz) y la tata, que lleva en brazos a un Cayetano lozano, guapísimo, irresistible a sus cinco meses de edad. En pleno sollozo de Carmina, angustiada porque su matrimonio con Paco está destinado al fracaso, ains, Luc exclama "gaaaatatatatata", que quiere decir, "Ay Carmina, vas a acabar mu malamente". Sólo le entendemos Jiko y yo. Al grito de "¡corten!" todo el mundo alaba la introspección de Luc en la escena. El script, incluso, se enjuga una lágrima.

Escena de Mateo:

exterior, tarde. Carmina discute amargamente con Lolita por haberse tirado, desalmá, a Paquirri, ella, que era su amiga del alma. En una rabieta sin precedentes, Carmina vuelve a su coche, un Volkswagen Golf Cabrio donde están sentadicos Fran y un Cayetano lozano, guapísimo e irresistible a sus dos años de edad, y arranca despechada hacia la salida de la finca. Aquí comunicamos que aunque el equipo alabó el porte Bogart de Mat (un control de las emociones impropio en un actor debutante, dijeron), no creemos que en la escena final vaya a verse poco más que la coronilla de Mat, tan a gusto que estaba él sentado en el asiento de atrás mientras su madre ficticia perdía una amistad pura.

He aquí algunas instantáneas del glorioso debut del Mat y Luc... Bueno, más bien de alguna que otra pausa en el rodaje de sus escenas, porque a Luc ni dio tiempo a inmortalizarle con el pichi setentero que le plantaron, y a Mateo, como decía, apenas se le ve en la parte de atrás del Golf. Eso sí, el vestuario y el peinadico de Mat no tienen desperdicio.
Cómo nos reímos.







miércoles, 8 de julio de 2009

Payasadas

Sin ninguna duda. Lo mejor de ser madre y padre y muy señores nuestros es hacer el payaso.

Abueloooooooos


Día de nubes y claros y, claro, de abuelitis y nietitis al cuadrado, Jiko y yo en segundo plano gustoso. A Mat se le llena la boca nada más bajar del coche (abuelooooooo, abuelaaaaaaa) y luego las manos de juguetes sobre la hierba y ganas de agarrar a mis señores padres hasta del tobillo, no sea que se le escapen de entre sus planes esclavistas. A Luc se le llena el cuerpito de siesta y mimos. Agua, cielo abierto, horas largas con brisa, osobuco con arroz blanco, Madrid lejos por un día, un poco de relax con cuatro manos más (ay, yo respiro), y mucho, mucho amor. Yo no pido más. Bueno sí, pero no hoy.









martes, 7 de julio de 2009

Esto es dormir


Luc, a su edad, nos da lecciones de cómo dormir sin que la realidad se le meta en medio. Qué envidia.

¡Esto es la guerra!


A pesar de la armonía y el buen rollito aparente, aquí se reparten sopapos a cascoporro. Y hay que decirlo: se otorgan de forma unilateral. Mateo bipolar combina ataques amorosos hacia Luc con lanzamiento de objetos contundentes y toñas de lado, así, directas, secas. Jiko y yo vivimos (es un decir) en vilo: un ojo fregando, el otro sobre la mano atacante de Mat. Un ojo tendiendo, el otro sobre la patada kungfunera de Mat. Un ojo cocinando, el otro sobre la cabeza chocante de Mat. Y el ojo que nos sobra, sobre la estoicidad de Luc. Pobre Mat cuando Luc comience a manejar las manos. Será una venganza morrocotuda. Nos tenemos que reservar un ojo para el gran combate.